lunes, 27 de abril de 2009

Hoy

Habían pasado 11 años desde que Alicia había desaparecido. La vida había seguido su camino. Lo último que ella recordaba de Cristian era como llamaba desesperadamente a la puerta de la cada de la chica y como su padre gritaba que se largara. Aquel viejo taxista creía que Cristian había intentado aprovecharse de ella. No podía contar la verdad. No podía contar como había amenazado a un tipo que iba borracho detrás de ellos con una pistola por creer que pretendía robarles. No había podido creerlo. Quería despertar de esa pesadilla en la que aquél chico tierno, bueno, gracioso, aunque un poco vacilón y creído; llevaba un arma escondida en el pantalón desde que lo había conocido. Sintió miedo, terror, salió corriendo. Él intentó sin éxito alcanzarla, hablar con ella, volver a verla. Ella se negó en rotundo. lo último que supo era que se había marchado con su familia de la ciudad. Sonó el timbre del ascensor, se arregló un mechón rebelde del pelo y salió. saludo a sus compañeros y entró en la sala de reuniones. Había nuevas incorporaciones al proyecto. Llegarían enseguida. Alicia no los vio llegar, su silla daba la espalda a la cristalera. al escuchar la puerta se levantó. lo hizo dificil, giró la silla al lado contrario por el que habían entrado, se colocó la falta y la chaqueta aún sabiendo que le veís, se giró, extendió la mano, alzo la vista y su voz enmudeció al ver ese rostro que el paso de los años no había casi cambiado. Él también la reconoció. Ella habló primero, susurrando un nombre: Cristian

1 comentario: