martes, 15 de noviembre de 2011

Mudanza

Tras un buen tiempo he empezado algo nuevo http://b-x01.blogspot.com/

domingo, 19 de junio de 2011

Con los dientes apretados.

Enero, febrero, marzo... el tiempo. Un año.
¿Qué ha pasado? Lo de siempre: He recordado que te olvidé. No me hacías daño, no me hacías bien estando presente en mis ojos cuando miraba al infinito.
Me he engañado demasiado tiempo y no me he vuelto perro viejo, sino perro apaleado por su propio subconsciente.
Quiero encontrar la ocasión para dejar de pensar con el corazón. Pero tranquila, no es tu culpa, aquí solo hay un idiota, ese ser difuso que decidió que debía presentarnos. Aunque el peor es aquél otro, el que estaba en medio, el que se puede decir que molestaba, el que no nos dejaba ni a sol ni sombre y que no había manera de hacerlo callar ni bajo el agua. ¿Cómo se llamaba? ¿Te acuerdas? ¡Ah, sí...! Amor.
Perdona si te molesto, pero últimamente no soporto que pasen las horas viendo que no estas y que te alejas cada vez más. Pienso que un día desaparecerás y que nombrarte no tendrá sentido, tú nombre se habrá extinguido o será usado como no es debido. Me pregunto donde estás ahora y con quíen. Si te hará mal o si te hará bien, incluso me gustaría conocerlo, tal vez te haya perdido, pero podré mirarlo a la cara y simplemente preguntar: ¿Qué fue de Libertad?

domingo, 13 de junio de 2010

¿Bailas?

Cada vez hay menos ruido y se puede sentir mejor la música.
Nadie molesta.

La luz anaranjada del cigarro consumiéndose me acompaña en mi pequeño rincón oscuro y apartado.

Los pies se mueven al son de una canción desconocida.
Alzar la vista, mirar alrededor. Nada.

Hasta que pasas por delante. Bailas. Caminas poseída por esa canción y algún tipo de sustancia que altera tus sentidos aunque te mantiene cuerda. Pasos hacia adelante, agitando la cabeza, retrocediendo. Cierras los ojos y te tapas la cara con una mano.

Giras y agitas la cabeza, el pelo se desplaza entre los hilos de humo abriéndote camino.
Abres los ojos y me ves. Avanzas con la música.
Tus brazos se anclan en mi cuello. Preguntas si bailo mientras el cigarro se desliza hasta el suelo, no puede luchar contra la gravedad.

Antes de contestar se hace la luz y la música enmudece. La noche se muere, hace tiempo que la Luna pincha al Sol para que se levante y le deje libre la cama.
No hay sonido que pueda distraernos. Los pies de otros se arrastran buscando una salida. No dices nada, no digo nada. Hay una burbuja que nos evade de la realidad.
Un par de niños traviesos explotan nuestra pompa y se convierten en príncipes valientes que quieren rescatarte. Tus brazos se desatan de mi cuello. Agitas la cabeza y como si despertaras en un sitio desconocido, abres los ojos y miras alrededor. Pasito a paso te retiras.

El sitio está vacío, evitando las malas caras y gritos de los dueños me escapo del lugar. Me pierdo en la noche.

Esta noche he perdido.

En directo

¿Qué tiene la música en directo que une a gente de distintos gustos y tendencias para disfrutar en una sala llena de humo y calor? ¿Quién sabe?

Escuchar una canción lenta, triste, ajena que por un momento te traslada al mar tormentoso, violento y capaz de arrebatar la vida y saltar las lágrimas a toda la sala. Capaz de transportarme en el tiempo, a un pasillo medio vacío donde una chica me contaba sus terribles problemas pasados que también me hicieron llorar.
Así es como era. Una estatua de piedra por fuera y una magdalena por dentro.
La gente no cambia, eso lo tengo mas que claro. Tampoco voy a cambiar, esta más que claro. Mi cabeza está bien en su sitio.

El problema está en el directo. En el día a día. Subirse al escenario y comenzar a cantar o tocar es prácticamente imposible. Roma no se hizo en un día y el camino está lleno de obstáculos.

El show debe continuar.

¿Saltamos desde el escenario?

domingo, 16 de mayo de 2010

Acercandose 1.0

El azar hace que las personas se encuentren, que sus caminos se cruzen... No fue en una calle, no fue un empujón por estar despistados. No fue un día, ni un momento, ni un instante. Todo estaba planeado.
Iba a estar allí, tú también aunque no te conocía. No sab ía quien eras, no sabía tu nombre, pero si que ibas a estar.
Ni te presté atención ni tú a mí tampoco. Teníamos nuestros propios asuntos que resolver. No logré nada, te saliste con la tuya. La noche se acabó y ni sabía donde estabas ni me importaba. Supongo que tú, incluso, ni recordabas quien era, asíq ue no tenías nada que olvidar ni a nadie que ignorar.
¿Cómo pasó todo? Como suele ocurrir todo en este mundo: por volver a coincidir con la misma persona en otro sitio completamente distinto, recordando el anterior encuentro con dificultad y una sonrisa en el rostro.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Pecado en femenino

El pecado es un cuerpo de mujer.
Ella es mi pecado.
Su sonrisa es un pecado.
Sus ojos son pecado.
Sus labios son el doble de pecado.
Su figura es un pecado.
Su simpatía, su naturalidad, su forma de ser y de actuar harían a cualquiera pecar.
Estar con ella es extraño porque casi nos conocemos.
Estar sin ella es una tortura aunque siempre puedo soportarlo.
Esta enamorada desde hace mucho tiempo y amar a la mujer ajena es pecado.
La envidia es mi pecado.

martes, 21 de julio de 2009

Fuego

¿Qué es el fuego? ¿Se puede considerar uno de los cuatro elementos básicos de la vida cuando depende de otros para existir y acaba con los demás? Se encuentra relacinado con la muerte, la destrucción, la corrumpión y el castigo. ¿Es lo que ocupa las noticias del verano debido a la devastación que provoca en los bosque de todo el mundo?

Es aquello que se encuentra en la mirada de todos los seres vivos. Es lo que provoca el odio y el placer. Nos impulsa a meternos donde no debemos acabemos bien o mal parados. Son los puños cerrados y las manos extendidas, para golpear o acariciar.

¿No es curioso que una mano caliente que acaricie una piel desnuda provoque escalofríos? ¿Ni que una boca húmeda en contacto con otra haga subir la temperatura? ¿O qué una pareja desnuda en un frío invierno tenga que quitar las mantas de la cama?

Pequeñas e inocentes caricias pueden hacer subir la temperatura. Dedos que se deslizan por la ropa, entre la ropa, por la piel. Buscamos unos brazos en los que estar, en los refugiarnos, en los que sentir el calor.. Buscamos compartir nuestro fuego y que nos den fuego. Buscamos a alguien que nos haga sentir esa sensación, que nos deje estar con ella y en ella, que nos de ese calor, ese fuego, que nos derrita, que nos queme, pero que no nos consuma.

El fuego esta en nuestros cuerpos ansiosos del fuego de los demás.