lunes, 22 de junio de 2009

Nota a pie de página

Hace algún tiempo comencé con este blog.
No sabía realmente que quería hacer con esto.
Podía ser simple envidia de los blogs de otras personas a las que conocía.
Podía ser porque tenía ganas de escribir y necesitaba donde hacerlo. Siempre he querido escribir algo grande, pero ni sé lo que significa eso. Por eso escribo lo que escribo.
Tal vez se trate de encubrir una vez más una forma de encubrir lo que pasa por medio de historias u otras historias que tratan de mi realidad. Más de lo mismo.
Tal vez empecé esto por el simple hecho de leer a gente y ser leído. Escribir en un cuaderno para que se quede guardado para siempre no suele servir de mucho.
Pero esto no es un adiós ni un hasta luego, ni un nos vemos luego. Creo que necesito replantearme lo que hacer con este blog y aquí lo comunico.
Gracias a los que han leido hasta ahora, bienvenidos a los que empiecen a leer.
Un saludo para todos.

viernes, 12 de junio de 2009

Éxitos de ayer y de hoy


Queen of Hollywood. Talk on Corners. The Corrs. Había escuchado la canción, el disco, el grupo desde que era un niño y llevaba su walkman en la mano. Desde1998. Desde hacía once años. Poco había cambiado, había pasado del viajo walkman pegado con celo al móvil última generación donde iban almacenados en mp3 ese disco, toda la discografía y algunos grupos más. Seguía viajando, de pie, en el metro, a la gran ciudad. Que lo único de grande que tenía era su extensión, comparada con otras ciudades del país y el ser la capital. Pero solo era una ciudad más, él solo era un chico más, del montón, de la parte baja del montón, donde los pocos que llegaban ya estaban cansados de todo lo anterior. Él era bueno, algo callado y un poco maniático con algunas cosas. Era peculiar, por no decir raro. Solo había que ver sus años y la música que iba escuchando y desde hacia tanto tiempo... Siempre había un ‘desde hacía tanto’, hacia tanto que no salía regularmente, hacia tanto que no sabía donde estaba su corazón, su cabeza, ni su alma. Tal vez estaba lejos, lejos del vagón, lejos de la ciudad, lejos del país, lejos del planeta. Incluso puede que no hubiera realidad en la que sus pensamientos, ideas, deseos, sueños y sentimientos, fueran posibles. Pero ahí estaba, de pie en el metro, porque ya se sentaba en el autobús y ya pasaba muchas horas sentado, aunque le gustaba pasear e incluso salía, alguna vez, a correr; parecía normal, tranquilo, no sonreía pero nadie podía decir que no era feliz. Escuchaba su música, miraba alrededor, clavaba la vista en la oscuridad del túnel, a través de un viejo y sucio cristal. Al igual que el vagón, el mundo estaba en movimiento, él se movía con el mundo, con el vagón. Su mente estaba en blanco, respiraba por la nariz con la misma dificultad que siempre, cosas del tabaco, al igual que el casi carecer de sentido del olfato. En ocasiones no miraba a la cara al hablar. Siempre había tenido ese defecto, como otros muchos, de los cuales era consciente, pero no se para en ellos, no los ocultaba, ni perfilaba; estaban allí, siempre habían estado y no hacía nada para que no dejaran de estar.


Aunque era egoísta, porque todos lo somos, trataba de no pensar en si mismo, pensaba siempre en otros, anteponía la seguridad y felicidad de todo el mundo antes que la suya. Él estaba para vagar en la tierra, también como todos, pero vagaba procurando no llamar la atención más que para evitar que el mundo cometiera los mismos errores que él había cometido. Pero también todos, como es normal, queremos hacer lo que nos de la gana, este bien, mal o regular, por eso solía tener muchas peleas, que aunque le importaban, intentaba hacer creer que no le importaban. Todo por el bien de los demás. ¿Y él? Se encogería de hombros y diría que no pasaba nada. Siempre había sido así, siempre sería así. Él era así.


Hoy, como ayer, como siempre, se parará un instante en algún lado, con los ojos cerrados, intentando detener el tiempo para congelar una imagen en el tiempo. Pero lo saben, todos, él y ella y puede que mucha más gente que ellos conozcan o no; hay una pequeña realidad que aparece muy bien en la canción, que ha sido así siempre y que se mantiene e intensifica cada segundo de cada día: She's never gonna be like the one before