jueves, 23 de abril de 2009

Él

Me han dado mucho nombres, unos buenos y otros malos. Pero no me he puesto ninguno. Pero soy tan de carne y hueso como todos vosotros. Aunque como a todos, mis padres me pusieron un nombre: Cristian. Nunca les he preguntado porque lo hicieron, pero la respuesta es simple:así se llama mi padre, así se llama mi abuelo. Es un tradición. Hay otras muchas en mi familia y las que también he heredado es el sueño, soñar sin parar, ser un idealista de todo y no saber reaccionar ante los problemas de la realidad. Es una herencia algo absurda y muy molesta. Aunque tiene algo bueno. Me sirve para hacer sonreir y que el mundo, todo, olvide los pesares. En esos momentos, cierro los ojos un instante, dejo volar la imaginación que rebusca en los confines de la fantasía. cuando vuelvo a abrir los ojos, ya no soy yo. Me he transformado en otro ser: soy Él.

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