jueves, 9 de julio de 2009

2. Negocio. La curiosa relación con Marta.

Hola de nuevo, sigo por aquí. Empiezo a plantearme la posibilidad de ser uno de los protagonistas, ¿seré el personaje principal? No soy capaz de contestar a esa pregunta, lo que si sé es que voy a presentaros a otro personaje. Se trata de una chica que se llama Marta.

Marta y yo, yo y Marta. Podría contar tantas cosas… Intentaré hacer un resumen. Nos conocimos por casualidad, tan simple como coincidir en un semáforo de peatones en rojo, escuchar que cantaba una canción y hacer un comentario sobre esa versión de la canción. Ella me escuchó y comenzamos a discutir hasta que tuve que bajarme en mi parada del metro. Realmente la discusión duró hasta el andén de la estación, allí ya decidimos presentarnos y comenzar a conocernos. Después de eso pasamos por todas las fases imaginables y posibles de la relación entre dos personas, absolutamente todas. Comenzamos como amigos y poco a poco nos fuimos conociendo más, mucho más, superamos las barreras de la amistad, para bien y para mal. Lo que empezó acabó, nos distanciamos, nos separamos, nos odiamos y casi nos olvidamos… Ahora somos socios, tenemos un pequeño negocio, una tienda de fotografía, que tiene lo mismo que toda tienda de fotografía: revelado, venta de artículos, hacemos fotos… pero no de carné, solo trabajamos en blanco y negro.

Existen distintos tipos de negocios: las franquicias, tiendas de las que encuentras clones dos calles arriba o abajo, se ven más los restaurantes de comida rápida, pero también las tiendas de determinadas marcas crecen como setas tras la lluvia. Luego están las que llamo tiendas calcadas, no es lo mismo que una franquicia, pero tiene algo similar, son tiendas agrupadas por el parecido de sus actividades, véase: panaderías, peluquerías, librerías, perfumerías y si, también tiendas de fotografía. Y por último están las tiendas originales como pueden ser las de artículos de broma o las de jabones o incluso las que venden algún tipo de elemento religioso o piedras curativas, si es cierto que no hay solo una de este tiempo en una ciudad grande, pero se ven menos.

Cuando nos planteamos abrir “El Ojo de la Cámara Oscura” pues así se llama la tienda, llegamos a la conclusión que sería una original tienda calcada. ¿Por qué fotografía en blanco y negro y no en color? Simple amor al arte, es algo que tenemos en común. Si puedes trabajar en algo que te gusta, adelante.
La tienda va relativamente bien, se puede decir que llegamos a fin de mes y podemos tener algún capricho. No hay mucha gente que lleve carretes para revelar, pero cada vez acude más gente en busca de retratos o sesiones de fotografía. Tampoco queremos más.

Por si queda alguna duda Marta y yo solo somos compañeros de trabajo, hemos recuperado parte de nuestra amistad, pero se ha quedado ahí, no hay nada más, no falta que hace, hablamos de nuestros asuntos, nos contamos nuestras cosas y nos aconsejamos en todos los aspectos de la vida. Pero no vamos a volver a pasar ninguna línea, no hace falta. Así esta bien y no es conformarse con poco, es más que suficiente.

Marta comparte piso con su amiga Laura, aunque esta última no creo que ocupe demasiado tiempo ni espacio en estas páginas, más que nada porque nos llevamos mal. Durante la fase de distanciamiento y odio, Laura se encaró en más de una ocasión conmigo y, aunque todo es pasó, aún me guarda cierto rencor y me pone mala cara si me ve a parecer por su piso. Piensa que las cosas volverán a ser como antes, que antes o después saltará una chispa entre Marta y yo, que todo volverá a ser como antes y que acabará igual de mal que antes o incluso peor. Eso no pasará, se lo hemos repetido una y mil veces, más veces incluso de lo que lo estoy repitiendo aquí, pero no hay manera, así es Laura. Cuando se le mete algo en la cabeza no hay forma de sacárselo.

En cuanto a mí, vivo en un pequeño estudio, es como una habitación en la que hay de todo. Tengo un salón-dormitorio que está algo separado de la cocina y, eso sí, el baño es independiente, con puerta y todo y suficientemente grande para que entre un lavaba, un váter y una pequeña ducha y tampoco te vas chocando con ellos al entrar, aunque al entrar da la sensación de estar todo pegado. Estoy pensando en mudarme a algo más grande. Espero encontrar algo en un par de páginas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario